lunes, 17 de marzo de 2014

Alimentación y MTC

Comemos todos los días, varias veces al día. La influencia de la alimentación en la salud se conoce desde hace tiempos remotos. Actualmente el 80% de las enfermedades están relacionadas con lo que comemos cada día.
La Medicina China aporta una serie de conocimientos ancestrales que nos permiten acompañar los tratamientos de acupuntura y/o fitoterapia. Los alimentos o el tipo de alimentación, sirven para ayudar a resolver muchos de los problemas más habituales.
La conexión entre la dietética según la medicina china con los conocimientos científicos actuales, crean la mejor herramienta para poder utilizar la alimentación como una verdadera medicina. La propuesta es una alimentación sana y equilibrada fuera de toda moda pasajera, cimentada con criterios científicos actuales y con los de la globalizadora medicina china, que nos permita personalizar a cada individuo según su sintomatología.
Pongamos un ejemplo. Tenemos un paciente con un cuadro de insuficiencia de sangre de Hígado. Además del tratamiento de acupuntura, moxibustión o/y fitoterapia, la alimentación va ayudar de manera importantísima a su recuperación. Además de recomendar los alimentos específicos dependiendo de la causa del problema, tenemos muchas ayudas:
Según la medicina china, se deben evitar los alimentos de naturaleza muy caliente, ya que pueden secar la sangre, como el café, el té negro, las especias calientes, el chocolate y las bebidas alcohólicas. Además, hay alimentos que se recomiendan específicamente para nutrir la sangre, por ejemplo: avena, remolacha, alga espagueti de mar, granada, semillas de sésamo y de girasol, carne, pescado y vino tinto. La ciencia occidental permite explicar algunos de los beneficios de los alimentos para este síndrome, además de darnos otras recomendaciones como eliminar el azúcar de la dieta, así como tomar algas espirulina o polen a diario.
Por un lado, la medicina china recomienda algunos alimentos muy interesantes a los que no estamos acostumbrados, por lo que es importante conocerlos y saber cómo tomarlos, como es el caso de las algas. Por otro lado, en muchos casos nos encontramos con supuestas contradicciones entre la dietética occidental o la oriental, como ocurre con el caso de la soja, la carne o la gran polémica sobre los lácteos. En estos casos, tener un buen conocimiento científico (fuera de cualquier interés de la industria alimentaria) que permita tener criterio a la hora de hacer recomendaciones, nos da mucha más libertad y tranquilidad cuando ponemos nuestros tratamientos.

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